“Pido la paz y la palabra” (Blas de Otero)
SOBRE BLANCO,
NEGRO Y OTROS TÉRMINOS DE LA R.A.E.
El hispanista
británico Stanley Payne habla de la obsesión que en la actualidad existe en
España de analizar cualquier acontecimiento presente o pasado desde una triple
perspectiva: raza, clase y género, lo que él denomina la santísima trinidad de
la corrección política. Y quizás tenga razón. Se critica o menosprecia todo
aquello que no entre dentro de estos planteamientos, olvidando otras
circunstancias que también han de tenerse en cuenta para la comprensión y el
estudio del pasado. Un riguroso análisis debe intentar ser objetivo y, en
muchas ocasiones, supera dicha triple perspectiva, máxime porque no pueden
analizarse con rigor acontecimiento, actitudes, comportamientos y mentalidades
del pasado histórico con los solos presupuestos del presente.
Debido
al análisis, en ocasiones simplista, de aspectos culturales, sociales o políticos
puede acusarse al lenguaje, sin más, de racista, explotador o machista, sin
tener en cuenta el valor histórico del mismo. Es cierto que el lenguaje y, por
ende, el idioma ha de adaptarse al momento presente, pero siempre sin anular el
significado que en otros momentos tuvo. Sólo de esa manera puede ayudar a
entender mejor su evolución.
Viene
esto a colación porque con facilidad se pide que se revisen y se anulen ciertas
acepciones de algunas palabras, aun a costa de que su eliminación supusiera la
incomprensión en un futuro del significado de las mismas en un contexto
histórico, social o literario determinados.
Como
ejemplo de esto, y meramente a título orientativo, sin entrar en
consideraciones o estudios profundos, vamos a exponer el significado de dos
términos conforme al diccionario de la Real Academia de la Lengua, blanco y
negro. Indicamos solamente los aspectos “extraños o negativos” en algunas de
sus acepciones (el número indica la acepción correspondiente). Se copia
literalmente.
BLANCO
7. adj. Pálido, generalmente a causa de una emoción fuerte, un susto o una
sorpresa. Se quedó blanco del susto.
8. adj. coloq. cobarde (‖ pusilánime). Apl.
a pers., u. t. c. s.
11. adj. germ. Bobo, necio. Apl.
a pers., era u. t. c. s.
12. adj. germ. Dicho de un jugador: Que por su candidez e impericia, resultaba
fácilmente despojado de su dinero mediante trampas. Era
u. t. c. s.
13. m. Objeto situado a distancia sobre el que se dispara para ejercitarse en el
tiro y puntería, o para graduar el alcance de las armas.
14. m. Persona o cosa sobre la que se dispara o a la que se dirige una acción
determinada. Fue blanco fácil de todas las críticas.
NEGRO
8. adj. Muy sucio.
10. adj. Dicho de una sensación negativa: Muy intensa. Pena negra. Frío negro.
11. adj. Dicho de ciertos ritos y actividades: Que invocan la ayuda o la presencia
del demonio. Magia negra. Misa negra.
13. adj. Infeliz, infausto y desventurado.
15. adj. coloq. Muy enfadado o irritado. Estaba, se puso negro.
17. m. Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios.
Es
cierto que alguna de estas acepciones puede ser reminiscencia del pasado y que
en la actualidad apenas se utiliza. Pero es necesario siempre tenerlas en
cuenta para conocer la evolución histórica de nuestra lengua. Lo mismo podría
realizarse con otros términos. Cada cual juzgue a su antojo, sin prejuicio de
la corrección política.