miércoles, 20 de diciembre de 2017


Con este mensaje, deseo a todos mis amigos, FELIZ NAVIDAD Y LO MEJOR PARA EL AÑO 2018.

lunes, 30 de octubre de 2017

“Pido la paz y la palabra” (Blas de Otero)

¿NACIONALISMO DE IZQUIERDAS?
            Hace varios años una alumna de 4º de ESO -no recuerdo el tema que tratábamos, pero carece de importancia- me preguntó: “¿Una persona de izquierdas puede ser nacionalista?” Yo no le respondí, sino que le propuse que reflexionase, aprovechando lo que habíamos estudiado, sobre el significado de las palabras nacionalismo, socialismo y democracia. Al día siguiente la alumna planteó el resultado de su reflexión, se discutió en clase y, de manera tajante, los alumnos llegaron a la conclusión teórica de que una persona de izquierdas, entendiendo como tal un socialista, nunca puede ser nacionalista ni defensor de posturas que pudieran atisbarse como tales.
            Viene esta anécdota a colación porque, en medio de los  posicionamientos defendidos en torno a los asuntos que se viven en Cataluña, parece que no siempre han aparecido claros ciertos aspectos por parte de los partidos de izquierdas. Únicamente algunos políticos, muy pocos, han afirmado con rotundidad que el socialismo supone internacionalismo, opuesto a todo nacionalismo, se llame o se apellide como sea.
            La ideología nacionalista, proveniente del romanticismo, fue asumida por la burguesía en el siglo XIX con la sola finalidad de hacer frente a un socialismo emergente y preservar sus privilegios. Hay que tener en cuenta que la burguesía liberal tiene como objetivo la defensa egoísta de sus intereses. Podría afirmarse, por ende, que la burguesía liberal no tiene patria, su patria es el dinero, y busca implantar, a través del nacionalismo, un sistema de protección de su propio interés frente a un proletariado cada vez más oprimido.
            El socialismo, la izquierda, es internacionalista, lo que implica ruptura de barreras, murallas y fronteras; significa apostar con fuerza por la solidaridad, en especial con la clase obrera.
            Desde esta perspectiva, únicamente desde el rechazo del nacionalismo separatista, disgregador e insolidario puede reivindicarse una democracia auténtica en la que las desigualdades y la exclusión no sean una constante asumida con delicadeza y engaño viles; y no se conviertan en algo aceptado con resignación por los trabajadores, haciéndoles sentir, con falsas afirmaciones, que son pueblo soberano, cuando la soberanía sigue ejerciéndola el poder del dinero en manos de la burguesía.
            Y esto se entronca con la finalidad pedagógica que han de tener los movimientos sociales, los partidos y los sindicatos. La izquierda debe ser transmisora para la ciudadanía de los auténticos valores del socialismo y ello conlleva el rechazo del nacionalismo en pos de una educación internacionalista.
            Por todo ello, como Blas de Otero, me atrevo a pedir la paz y la palabra. Pido a los partidos y movimientos de izquierda que defiendan el internacionalismo obrero, el anticapitalismo, con energía y paz, sin tacticismos políticos ni complejos o condescendencia con el nacionalismo. Esto exigirá el repudio de las barreras nacionalistas. Que nadie apoye un nacionalismo caduco y burgués en nombre del socialismo, del anarquismo o del anticapitalismo. Que no nos engañen: quienes defiendan el nacionalismo o se lancen a una aventura nacionalista, aunque afirmen lo contrario, forman parte de la burguesía liberal o concuerdan con los posicionamientos liberales.
            Me considero de izquierdas. Mi ideología se ha ido forjando desde la “compleja” combinación de las filosofías y los humanismos cristianos, marxistas e incluso anarquistas. A muchos les parecerá una extraña combinación y, por ende, una imbecilidad. Cada cual es libre de pensar lo que quiera. Lo cierto es que por lo afirmado anteriormente, no soy nacionalista, de ninguna tendencia -¿quizás deba añadir “con perdón”?-.

Miguel Ángel Núñez Beltrán

viernes, 6 de octubre de 2017

“Pido la paz y la palabra” (Blas de Otero)

OBLIGADOS A SER HÉROES
El atentado terrorista de Barcelona no debe quedar en el olvido

        Cada día tiene su afán y los afanes varían con el paso de los días. Los acontecimientos de los últimos días pueden hacer olvidar otros que nunca cesan en importancia, de manera especial en quienes los sufren. Por eso hoy quiero recordar a las víctimas del atentado de Barcelona.
En todos los atentados terroristas salen a colación las víctimas y los victimarios, los inocentes que murieron y sus malvados asesinos. Es cierto que, unido a ellos, se habla de los familiares de los primeros también como víctimas pero, quizás de manera inconsciente, en un grado menor y, por tanto, pronto se tiende a relegarlos al olvido. Precisamente esta sencilla reflexión quiere rendir homenaje a estas familias que, por odio y maldad, han perdido a sus seres queridos y con ello les han dejado un hueco muy difícil, si no imposible, de llenar.
        Después de muchos años, mejor siglos, de enfrentamientos y guerras de todo tipo parece que nuestra sociedad occidental ha optado por un sistema, mejorable siempre, de democracia, libertades y respeto a los derechos humanos. Además, cada vez cala más profundamente en los ciudadanos los valores de justicia, igualdad y solidaridad como exigencia social y política. Es precisamente la defensa del sistema que nos hemos establecido y la paz que anhelamos los que provocan rechazo frontal al terrorismo y a las ideologías que lo sustentan. Este rechazo doctrinal puede tornarse en visceral en las personas que sufren de cerca la violencia terrorista. Y no sólo ha de comprenderse su postura, aun cuando sea airada, sino incluso justificarla.
        A veces las familias víctimas del terrorismo se rebelan en su interior contra la exquisitez de razonamientos provenientes de la “ortodoxia” bienpensante o de los expertos analistas sobre el terrorismo y su origen. Y esto porque les cuesta admitir comprensiones justificativas de la barbarie, de la fuerza destructiva del terrorismo, del mal, en definitiva. Quizás porque su admisión significaría, aun en sentido laxo, una heroicidad. Y no toda persona posee aptitud para la heroicidad, ni está llamado a ser héroe. Estas familias, personas con nombres y apellidos, gritan en su interior, cuando no también en el exterior, un “por qué” sufriente. Y tienen derecho a no aceptar las respuestas refinadas de los bienpensantes, porque se antoja que lo más razonable es el silencio respetuoso y cercano, ya que tal vez no existan respuestas a su dolor. O al menos para quienes se desconoce si tienen madera de héroes, algo que nunca debe reclamarse a nadie.
        No significa lo anterior que se dude de la sinceridad de intenciones de los expertos sobre las causas del terrorismo. Tampoco, de los que proclaman la altura de miras que en todo momento se ha de tener. Tampoco, de los que hacen correr palabras y tinta sobre la necesidad de educación e integración, algo evidente y que ha de conllevar respeto a la democracia, libertades y derechos humanos. Tampoco, de los que afirman que el terror no proviene de creencias religiosas, porque ninguna religión que comporte guerra y violencia debe denominarse como tal -será otra cosa-. Tampoco, de quienes insisten en la marginación o la miseria, pues éstas de por sí no conducen necesariamente al terrorismo (baste, como ejemplo, la actitud pacífica de vecinos en los barrios marginales de nuestra sociedad occidental o de otros países en vías de desarrollo). Entonces, ¿qué es lo que sucede? Quien esto escribe no se considera bienpensante experto en la materia y, por ende, no pretende, aunque quizás tampoco sepa, dar una respuesta convincente. Además estima que sería convertirse en portavoz del dolor de las familias víctimas y no es tan osado como para hacerlo. De lo que sí está seguro es de que estas víctimas exigen firmeza ante el mal: firmeza en las defensa de sus libertades; firmeza y seguridad para una vida en paz; firmeza en la aceptación por todos los ciudadanos -provengan de donde provengan- de los derechos y deberes constitucionales. Sólo así el “no tengo miedo” voceado en la manifestación contra la acción terrorista de Barcelona puede ser asumido con realismo. Sólo así puede apostarse con garantías por un futuro en paz y armonía en el que el diálogo, el respeto y la no violencia sean los principios de las relaciones humanas.
        En medio del dolor y también de la ira e incomprensión, a veces, de las familias víctimas, como Blas de Otero, “pido la paz y la palabra”: la palabra como vehículo de la paz y de la convivencia, sabiendo que estas familias víctimas no están obligados a una heroicidad inserta en el vacío inmenso que han dejado sus hijos, hermanos, padres o familiares.

A la víctima número 15 de Barcelona del 17 de agosto de 2017, Pau Pérez Villán;
a todas las víctimas. D.E.P.
A sus familias

Al abrir este blog deseé que uno de sus apartados estuviese dedicado a la expresión de mis opiniones bajo el epígrafe de “Pido la paz y la palabra” de Blas de Otero, aunque  dudaba de que alguna vez fuera a utilizarlo. Siento que haya sido un ataque terrorista lo que me haya inducido a inaugurarlo.






M. A. NÚÑEZ BELTRÁN: Luz de la memoria. Aquel seminario de los setenta. Sevilla, ed. Ende, 2017



Septiembre de 1967. Un grupo de 136 niños inician su andadura en el seminario de san José de Burgos. A lo largo de doce años, unos van abandonando y otros agregándose. Septiembre de 2017. Se produce un encuentro de muchos de ellos.

Este breve libro pretende ser un recuerdo, pero no sólo eso, aunque vaya moteado de fotografías; tampoco una crónica, aunque se encuadre en una época determinada; ni un anecdotario, aunque se rememoren algunas. Desea ser una reflexión, desde la lejanía de cincuenta años, sobre las experiencias vividas durante esos uno, dos,… o doce años.


Partiendo de una etapa concreta de y de unas personas concretas, se convierte en todo un estudio sociológico y una panorámica de la sociedad española de los 70.

miércoles, 12 de julio de 2017



NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel (coord.): Synodicon Baeticum III: constituciones sinodales de las diócesis de Cádiz, Ceuta y Córdoba, Universidad de Sevilla, 2017. 282 pp. + 642 (CD). ISBN 978-84-472-1872-1.



Tras la edición de los dos primeros tomos del Synodicon Baeticum, en los que se estudian los sínodos y concilios del arzobispado de Sevilla, este tercer volumen continúa con el estudio de otras diócesis andaluzas, en este caso las de Cádiz-Ceuta y Córdoba. Se trata del análisis de las constituciones de catorce sínodos o concilios que abarcan un periodo superior a los once siglos: desde el siglo IX hasta el siglo XX.
Los primeros documentos se remontan al siglo IX en el que se celebraron en la capital de Al-Andalus, bajo el califato de Córdoba, concilios con el objetivo de tratar asuntos que, más allá de la temática religiosa, pudieran generar problemas de convivencia bien entre los mozárabes, bien entre éstos y los musulmanes. Así en el año 839 se enfrenta a la condena de la herejía de los acéfalos que está causando división entre los cristianos de Andalucía, y en 862 a un problema dogmático-disciplinario: Hostigesio, obispo de Málaga, coaligado con el conde Servando persiguió a Sansón, abad del monasterio de San Salvador que rechazaba la doctrina errónea del obispo.
En lo que respecta a los sínodos posteriores, pueden establecerse varias etapas. De la primera, en época medieval, se presentan tres documentos: una constitución de un sínodo celebrado en Córdoba en 1350 por el obispo Martín Ruiz de Argote; unas breves constituciones de 1435 de Juan González, obispo de Cádiz; y una compilación de constituciones sinodales cordobesas publicadas por Íñigo Manrique en 1496. En las tres se aprecia el espíritu de reforma de la Iglesia, iniciado en las iglesias locales con el apoyo de los reyes y de la iglesia nacional, que concierne, sobre todo, a la vida del clero, de los fieles y a la liturgia.
La segunda época enlaza con los sínodos celebrados en los años previos al Concilio de Trento (1545-1563)  o años posteriores con el fin de aplicar los decretos de este concilio ecuménico. tal es el caso de siete sínodos de esta época. El primero, en 1520, del obispo cordobés Alonso Manrique, que se anticipa en gran medida, a la doctrina de renovación eclesial. En torno a Trento, se presentan cinco sínodos: en Cádiz, el obispo Antonio Zapata lo celebra en 1591; en Córdoba destaca el obispo Cristóbal de Rojas y Sandoval que, animado por las instrucciones de Trento, convoca sínodos anuales, de los que transcribimos tres, los celebrados en 1566, 1567 y 1569. Un siglo después de Trento, aunque con el mismo objetivo de actualizar los preceptos de dicho concilio, en 1662, el obispo Francisco de Alarcón convocó en Córdoba sínodo. La finalidad de todos estos es la misma: la adaptación de la doctrina emanada de Trento a las distintas diócesis andaluzas. El mismo objetivo tiene el sínodo ceutí del obispo Jaime de Lancastro, celebra en 1553, al que se le dedica un estudio especial.
La tercera etapa, referida al siglo XIX, recoge un único sínodo, el del obispo gaditano Jaime Catalá i Albosa en 1882. Este obispo, siguiendo las pautas del Concilio Vaticano I (1869-1870, trata de hacer frente a las transformaciones y nuevas ideologías que experimenta Europa en el siglo XIX.
Finalmente, se examina el sínodo que el obispo Antonio Ceballos Atienza celebra el año 2000 en Cádiz con el objetivo de aplicar y, adaptar la doctrina de la Iglesia a los los retos del siglo XXI.
Como en los volúmenes anteriores, se edita en en un doble formato. En sistema digital, un CD en el que se incluye el texto íntegro de las constituciones de los concilios y sínodos. En el sistema tradicional, en papel, estudios introductorios histórico-temáticos que favorece la comprensión de las celebraciones de los sínodos y las determinaciones que se aprueban. Se concluye con un índice temático práctico para la investigación de estos documentos eclesiales.
La compilación de estas constituciones sinódico-conciliares se ha realizado con el objetivo de que ayude a un mejor conocimiento no sólo de esta parte de la historia de  la Iglesia sino también de la historia de las diócesis de Cádiz y Córdoba, debido a la influencia de la Iglesia y su doctrina en la mentalidad y conducta del pueblo. Se pretende, por ende, que sea una herramienta útil para investigadores de la Iglesia local, de la historia e, incluso, para estudiosos de las leyes, pues los concilios y sínodos muestran también un marco jurídico en el que se sitúa un amplio sector de la sociedad.

Félix Herrero Salgado
Doctor en Filología Hispánica. Universidad Complutense de Madrid

Profesor Emérito de la Universidad de Salamanca

sábado, 1 de abril de 2017

“Pido la paz y la palabra”

“Pido la paz y la palabra”

“Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.”
Blas de Otero

Blas de Otero publicó en 1955 el poema “Pido la Paz y la palabra” dentro de un poemario homónimo. Poemas como este recuerdan, tras la Guerra Civil española, la implantación de la dictadura del general Franco. El poeta reacciona ante el panorama político-social, que supone la aniquilación de la democracia; frente a la falta de libertades, la censura, la clandestinidad y la muerte, reafirma su fe en el hombre, en la paz y la palabra; frente a la convulsión de la dictadura confirma su compromiso por la solidaridad y la libertad.
Han pasado muchos años desde la publicación de este poema. Sin embargo, este tipo de poesía social continúa teniendo vigencia. Es obvio que ha cambiado la realidad socio-política española. Tras la dictadura, se ha implantado un régimen democrático, de libertades. No obstante, el sistema actual de partidos, la corrupción, la falta de una auténtica participación ciudadana en la política, la alarmante desigualdad, las injusticias, etc., a lo que se añade el problema de las guerras, las migraciones a nivel internacional, el hambre y la miseria, reclama tomar opciones claras, actuar. Por eso, hoy también “pido la paz y la palabra”, como exigencia crítica de lucha por un mundo más justo, libre y solidario.
Desde este blog se intentará la reflexión, aunque se antoje un análisis simplista, de algunos acontecimientos de la actualidad desde una perspectiva histórica.

lunes, 20 de marzo de 2017

martes, 14 de marzo de 2017

El jueves 9 de marzo, Leoncio López "Tito" y yo presentamos en Huelva nuestras novelas ( La tabla de Prim y Aventura y desventura de una conspiración) invitados por la Editorial Onuba, en su salón de actos. Fue una tarde con libros, poetas, rodeados de amigos, concluyendo con unas tapas ofrecidas por la editorial.

De nuevo, mi agradecimiento a Manolo Ortega (gerente de la editorial Onuba) y Ramón Llanes, que nos presentaron, así como al público que asistió. Espero que disfruten con la lectura de los libros.





miércoles, 1 de marzo de 2017

Presentación. Aventura y desventura de una conspiración






Siempre agradable presentación un libro. Aventura y desventura de una conspiración lo hemos presentado en mi pueblo, Tórtoles de Esgueva (Burgos), Sevilla, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz y ahora en Huelva. 

Mi agradecimiento a la editorial Onuba por su publicación e interés. 

Esperamos contar con la presencia de quienes puedan acudir.

lunes, 30 de enero de 2017

Reseña. HERRERO SALGADO, Félix: La Oratoria sagrada en los siglos XIX y XX. Madrid, Fundación Universitaria Española, 2016.

HERRERO SALGADO, Félix: La Oratoria sagrada en los siglos XIX y XX. Madrid, Fundación Universitaria Española, 2016. Volumen I, 400 pp., Volumen II, 470 pp.
Considerando -escribe el autor en la Nota previa- que este tomo octavo pone fin a la publicación de cuanto he investigado, escrito y publicado sobre la Oratoria sagrada española, he considerado oportuno volver la vista atrás sobre mis comienzos en el tema y sobre la valoración, a mi entender, de la predicación al correr de los tiempos en temas no solo religiosos sino también retóricos, ideológicos, sociales y políticos”. Félix Herrero entró en el tema de la predicación en 1963, siendo becario del C. S. I. C. de Madrid, catalogando el fondo de sermones de D. Miguel Herrero García, biblioteca de unos cinco mil sermones sueltos por la que se interesaban el mismo Consejo y la Universidad Pontificia de Salamanca. La lectura de algunos de esos sermones le llevaron a la determinación de dedicarse al estudio de la Oratoria sagrada. Fruto de esa vocación fueron la tesis doctoral (CSIC, 1971) y los ocho tomos, -cinco de los siglos XVI y XVII, dos del siglo XVIII y el presente, de los siglos XIX y XX- que han ido viendo la luz desde 1996, dos años después de su jubilación en la Universidad de Salamanca (Madrid, Fundación Universitaria Española, 1996-2016). A estos ocho tomos cabe añadir el tomo que publicó con el profesor Miguel Ángel Núñez Beltrán: Predicadores y sermones en España (Siglos XVI-XX) (Madrid Fundación Universitaria Española, 2014), que en un CD recoge la ficha de 8.688 sermones y en libro un estudio sobre la oratoria y los sermones, con unas pinceladas sobre formas de utilizar el sermonario como fuente de investigación.
Este último tomo de la Oratoria sagrada se presenta en dos volúmenes. El autor estructura el primer volumen en la Nota previa y nueve capítulos, cuyo contenido aborda el panorama de la predicación en los siglos XIX y XX, conforme a los siguientes apartados:
- Introducción: como tal podrían considerarse los tres primeros capítulos: Visión de la sociedad y de la predicación de los siglos XIX y XX a través de los testimonios de los predicadores y de los preceptistas. Fuentes que facilitan el estudio de la predicación: los retóricos clásicos, los preceptistas de los siglos XIX y XX.  El sermón como hecho retórico: estudio de cada uno de sus componentes (el orador o productor, el destinatario o receptor y el contexto en que tiene lugar).
- Retórica del sermón: el sermón como texto retórico: materia del sermón, género o tema, modos y estructura del discurso y de la pieza oratoria.
- Se añade un análisis de las clases de sermones, estableciendo una amplia tipología: sermones de Tiempo ordinario, de Jesucristo, de la Virgen María y de los Santos. Y sermones predicados en circunstancias especiales, en que se pone el acento en asuntos como la familia real, temas sociales y político-militares
El segundo volumen se compone de cuatro capítulos. Lo inicia con un interesante y amplio estudio sobre las misiones populares dadas por los PP. de la Congregación de las Misión, Padres Paúles, en los siglos XIX y XX. Herrero dedica al tema 135 pp. de su obra a esta finalidad.
Se profundiza, a continuación sobre la lengua, estilo, retórica y representación del sermón.
Finalmente, aborda la clasificación temática de los sermones. Cada tema o aspecto de un tema lleva uno o varios números que se corresponden con los números de los 1565 sermones de 950 predicadores del Catálogo, que recoge 1.565 sermones de 950 predicadores, 503 pertenecientes a 25 Órdenes religiosas y 1062 al Clero secular. Tras la ficha del sermón se indica la biblioteca o bibliotecas donde puede consultarse.
Con este tomo octavo termina Herrero Salgado su obra de la Oratoria sagrada, cuya trayectoria ha seguido desde los profetas hasta finales del siglo XX: unas páginas dedicadas a la predicación de los profetas, de los Apóstoles, de los Santos Padres y de los predicadores de la Edad Media, como introducción que juzgaba necesaria antes de centrarse en el estudio de la predicación del Renacimiento y del Barroco, del siglo XVIII y de los siglos XIX y XX. Es de notar que Herrero fundamenta sus libros  en los aspectos retóricos y temáticos en gran abundancia de textos –a veces páginas completas- de sermones de los predicadores de estos dos siglos. Además, en su insistencia en el valor de los sermones, no solo para los estudiosos de los temas religiosos y retóricos sino también, sobre todo de los sermones del siglo XIX y primer tercio del XX, para los investigadores de temas sociales, culturales, políticos y militares. Podría decirse que ha seguido la vida e historia de la España contemporánea a través del estudio de los sermones.


Miguel Ángel Núñez Beltrán

lunes, 9 de enero de 2017

Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.

Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.
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NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.

La reflexión sobre aspectos de la vida aún no asimilados en algunos sectores de la sociedad actual.


Una llamada de teléfono rompe la pacífica recuperación de Esther. A partir de este momento ella se introduce en un enredo de recuerdos con el deseo de encontrar respuestas, de adentrarse en la memoria de vivencias con una persona que ha marcado acontecimientos importantes de su vida. 

En su ánimo está descubrir la razón apenada de lo que para ella será un amargo sinsentido.

Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.

Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.


NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.


Resultado de imagen de Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.Esta novela, la segunda del autor editada por la Editorial Onuba, supone la narración novelada de los importantes hechos acaecidos en la Andalucía de 1640, ligado a la historia general de la Península Ibérica. La monarquía hispánica se desmorona. Portugal consigue la independencia; Cataluña está inmersa en una sublevación independentista; también hay levantamientos en Andalucía, Aragón y Navarra en 1641.

El duque de Medina Sidonia, don Gaspar Pérez de Guzmán y Sandoval, espoleado por su primo el marqués de Ayamonte y alentado Juan IV, su cuñado, proclamado rey de Portugal, urde un plan para hacer de Andalucía un reino soberano. Sin embargo, todo se desvanece en el más estrepitoso fracaso.

Junto al duque de Medina Sidonia una serie de personajes apoyan la conjura. La alarma del fracaso fuerza a cada uno a renegar de su participación en la conjura y buscar su salvación, aun a costa de traiciones.

Ocho años después, dos de los involucrados, Alonso y Diego, que aún sufrían el acoso por parte del duque y otros sublevados, deciden hacer frente a los cabecillas de la conspiración. Con ello pretenden restañar su honor y alcanzar la paz que les fue arrebatada. A través de estos personajes se realiza el relato de la conjura: su trama desde los años anteriores, los conjurados, los pormenores de la rebelión y su descubrimiento, la traición de algunos y la suerte diversa de todos ellos.