Con este mensaje, deseo a todos mis amigos, FELIZ NAVIDAD Y LO MEJOR PARA EL AÑO 2018.
"Escribo en defensa del reino del hombre y su justicia. Pido la paz y la palabra. He dicho «silencio», «sombra», «vacío» etcétera. Digo «del hombre y su justicia», «océano pacífico», lo que me dejan. Pido la paz y la palabra." (Blas de Otero)
miércoles, 20 de diciembre de 2017
lunes, 30 de octubre de 2017
“Pido la paz y la
palabra” (Blas de Otero)
¿NACIONALISMO
DE IZQUIERDAS?
Hace varios años una alumna de 4º de ESO -no recuerdo el
tema que tratábamos, pero carece de importancia- me preguntó: “¿Una persona de
izquierdas puede ser nacionalista?” Yo no le respondí, sino que le propuse que
reflexionase, aprovechando lo que habíamos estudiado, sobre el significado de
las palabras nacionalismo, socialismo y democracia. Al día siguiente la alumna
planteó el resultado de su reflexión, se discutió en clase y, de manera
tajante, los alumnos llegaron a la conclusión teórica de que una persona de
izquierdas, entendiendo como tal un socialista, nunca puede ser nacionalista ni
defensor de posturas que pudieran atisbarse como tales.
Viene esta anécdota a colación porque, en medio de los posicionamientos defendidos en torno a los
asuntos que se viven en Cataluña, parece que no siempre han aparecido claros ciertos
aspectos por parte de los partidos de izquierdas. Únicamente algunos políticos,
muy pocos, han afirmado con rotundidad que el socialismo supone
internacionalismo, opuesto a todo nacionalismo, se llame o se apellide como
sea.
La ideología nacionalista, proveniente del romanticismo,
fue asumida por la burguesía en el siglo XIX con la sola finalidad de hacer frente
a un socialismo emergente y preservar sus privilegios. Hay que tener en cuenta
que la burguesía liberal tiene como objetivo la defensa egoísta de sus
intereses. Podría afirmarse, por ende, que la burguesía liberal no tiene
patria, su patria es el dinero, y busca implantar, a través del nacionalismo,
un sistema de protección de su propio interés frente a un proletariado cada vez
más oprimido.
El socialismo, la izquierda, es internacionalista, lo que
implica ruptura de barreras, murallas y fronteras; significa apostar con fuerza
por la solidaridad, en especial con la clase obrera.
Desde esta perspectiva, únicamente desde el rechazo del
nacionalismo separatista, disgregador e insolidario puede reivindicarse una
democracia auténtica en la que las desigualdades y la exclusión no sean una
constante asumida con delicadeza y engaño viles; y no se conviertan en algo
aceptado con resignación por los trabajadores, haciéndoles sentir, con falsas
afirmaciones, que son pueblo soberano, cuando la soberanía sigue ejerciéndola
el poder del dinero en manos de la burguesía.
Y esto se entronca con la finalidad pedagógica que han de
tener los movimientos sociales, los partidos y los sindicatos. La izquierda
debe ser transmisora para la ciudadanía de los auténticos valores del
socialismo y ello conlleva el rechazo del nacionalismo en pos de una educación
internacionalista.
Por todo ello, como Blas de Otero, me atrevo a pedir la
paz y la palabra. Pido a los partidos y movimientos de izquierda que defiendan
el internacionalismo obrero, el anticapitalismo, con energía y paz, sin
tacticismos políticos ni complejos o condescendencia con el nacionalismo. Esto
exigirá el repudio de las barreras nacionalistas. Que nadie apoye un
nacionalismo caduco y burgués en nombre del socialismo, del anarquismo o del
anticapitalismo. Que no nos engañen: quienes defiendan el nacionalismo o se lancen
a una aventura nacionalista, aunque afirmen lo contrario, forman parte de la
burguesía liberal o concuerdan con los posicionamientos liberales.
Me considero de izquierdas. Mi ideología se ha ido
forjando desde la “compleja” combinación de las filosofías y los humanismos cristianos, marxistas e incluso anarquistas. A muchos les parecerá una extraña combinación y, por
ende, una imbecilidad. Cada cual es libre de pensar lo que quiera. Lo cierto es
que por lo afirmado anteriormente, no soy nacionalista, de ninguna tendencia -¿quizás
deba añadir “con perdón”?-.
Miguel
Ángel Núñez Beltrán
viernes, 6 de octubre de 2017
“Pido la paz y la palabra” (Blas de Otero)
OBLIGADOS
A SER HÉROES
El
atentado terrorista de Barcelona no debe quedar en el olvido
Cada día tiene su afán y los afanes varían con el paso de los
días. Los acontecimientos de los últimos días pueden hacer olvidar otros que
nunca cesan en importancia, de manera especial en quienes los sufren. Por eso
hoy quiero recordar a las víctimas del atentado de Barcelona.
En todos
los atentados terroristas salen a colación las víctimas y los victimarios, los
inocentes que murieron y sus malvados asesinos. Es cierto que, unido a ellos, se
habla de los familiares de los primeros también como víctimas pero, quizás de
manera inconsciente, en un grado menor y, por tanto, pronto se tiende a
relegarlos al olvido. Precisamente esta sencilla reflexión quiere rendir
homenaje a estas familias que, por odio y maldad, han perdido a sus seres
queridos y con ello les han dejado un hueco muy difícil, si no imposible, de
llenar.
Después de muchos años, mejor siglos, de enfrentamientos y
guerras de todo tipo parece que nuestra sociedad occidental ha optado por un
sistema, mejorable siempre, de democracia, libertades y respeto a los derechos
humanos. Además, cada vez cala más profundamente en los ciudadanos los valores
de justicia, igualdad y solidaridad como exigencia social y política. Es
precisamente la defensa del sistema que nos hemos establecido y la paz que
anhelamos los que provocan rechazo frontal al terrorismo y a las ideologías que
lo sustentan. Este rechazo doctrinal puede tornarse en visceral en las personas
que sufren de cerca la violencia terrorista. Y no sólo ha de comprenderse su
postura, aun cuando sea airada, sino incluso justificarla.
A veces las familias víctimas del terrorismo se rebelan en su
interior contra la exquisitez de razonamientos provenientes de la “ortodoxia”
bienpensante o de los expertos analistas sobre el terrorismo y su origen. Y
esto porque les cuesta admitir comprensiones justificativas de la barbarie, de
la fuerza destructiva del terrorismo, del mal, en definitiva. Quizás porque su
admisión significaría, aun en sentido laxo, una heroicidad. Y no toda persona posee
aptitud para la heroicidad, ni está llamado a ser héroe. Estas familias,
personas con nombres y apellidos, gritan en su interior, cuando no también en
el exterior, un “por qué” sufriente. Y tienen derecho a no aceptar las
respuestas refinadas de los bienpensantes, porque se antoja que lo más
razonable es el silencio respetuoso y cercano, ya que tal vez no existan
respuestas a su dolor. O al menos para quienes se desconoce si tienen madera de
héroes, algo que nunca debe reclamarse a nadie.
No significa lo anterior que se dude de la sinceridad de
intenciones de los expertos sobre las causas del terrorismo. Tampoco, de los
que proclaman la altura de miras que en todo momento se ha de tener. Tampoco,
de los que hacen correr palabras y tinta sobre la necesidad de educación e
integración, algo evidente y que ha de conllevar respeto a la democracia,
libertades y derechos humanos. Tampoco, de los que afirman que el terror no
proviene de creencias religiosas, porque ninguna religión que comporte guerra y
violencia debe denominarse como tal -será otra cosa-. Tampoco, de quienes insisten
en la marginación o la miseria, pues éstas de por sí no conducen necesariamente
al terrorismo (baste, como ejemplo, la actitud pacífica de vecinos en los
barrios marginales de nuestra sociedad occidental o de otros países en vías de
desarrollo). Entonces, ¿qué es lo que sucede? Quien esto escribe no se
considera bienpensante experto en la materia y, por ende, no pretende, aunque quizás
tampoco sepa, dar una respuesta convincente. Además estima que sería
convertirse en portavoz del dolor de las familias víctimas y no es tan osado
como para hacerlo. De lo que sí está seguro es de que estas víctimas exigen
firmeza ante el mal: firmeza en las defensa de sus libertades; firmeza y
seguridad para una vida en paz; firmeza en la aceptación por todos los
ciudadanos -provengan de donde provengan- de los derechos y deberes
constitucionales. Sólo así el “no tengo miedo” voceado en la manifestación contra
la acción terrorista de Barcelona puede ser asumido con realismo. Sólo así
puede apostarse con garantías por un futuro en paz y armonía en el que el
diálogo, el respeto y la no violencia sean los principios de las relaciones
humanas.
En medio del dolor y también de la ira e incomprensión, a
veces, de las familias víctimas, como Blas de Otero, “pido la paz y la palabra”:
la palabra como vehículo de la paz y de la convivencia, sabiendo que estas
familias víctimas no están obligados a una heroicidad inserta en el vacío
inmenso que han dejado sus hijos, hermanos, padres o familiares.
A
la víctima número 15 de Barcelona del 17 de agosto de 2017, Pau Pérez Villán;
a
todas las víctimas. D.E.P.
A
sus familias
Al abrir este blog deseé que uno de sus
apartados estuviese dedicado a la expresión de mis opiniones bajo el epígrafe
de “Pido la paz y la palabra” de Blas de Otero, aunque dudaba de que alguna vez fuera a utilizarlo.
Siento que haya sido un ataque terrorista lo que me haya inducido a
inaugurarlo.
M. A. NÚÑEZ BELTRÁN: Luz de la memoria. Aquel seminario de los setenta. Sevilla, ed. Ende, 2017
Septiembre de 1967. Un grupo de 136 niños inician su andadura en el seminario de san José de Burgos. A lo largo de doce años, unos van abandonando y otros agregándose. Septiembre de 2017. Se produce un encuentro de muchos de ellos.
Este breve libro pretende ser un recuerdo, pero no sólo eso, aunque vaya moteado de fotografías; tampoco una crónica, aunque se encuadre en una época determinada; ni un anecdotario, aunque se rememoren algunas. Desea ser una reflexión, desde la lejanía de cincuenta años, sobre las experiencias vividas durante esos uno, dos,… o doce años.
Partiendo de una etapa concreta de y de unas personas concretas, se convierte en todo un estudio sociológico y una panorámica de la sociedad española de los 70.
miércoles, 12 de julio de 2017
NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel (coord.): Synodicon Baeticum III: constituciones sinodales de las diócesis de Cádiz, Ceuta y Córdoba, Universidad de Sevilla, 2017. 282 pp. + 642 (CD). ISBN 978-84-472-1872-1.
Tras
la edición de los dos primeros tomos del Synodicon
Baeticum, en los que se estudian los sínodos y concilios del arzobispado de
Sevilla, este tercer volumen continúa con el estudio de otras diócesis
andaluzas, en este caso las de Cádiz-Ceuta y Córdoba. Se trata del análisis de
las constituciones de catorce sínodos o concilios que abarcan un periodo
superior a los once siglos: desde el siglo IX hasta el siglo XX.
Los
primeros documentos se remontan al siglo IX en el que se celebraron en la
capital de Al-Andalus, bajo el califato de Córdoba, concilios con el objetivo
de tratar asuntos que, más allá de la temática religiosa, pudieran generar
problemas de convivencia bien entre los mozárabes, bien entre éstos y los
musulmanes. Así en el año 839 se enfrenta a la condena de la herejía de los acéfalos
que está causando división entre los cristianos de Andalucía, y en 862 a un
problema dogmático-disciplinario: Hostigesio, obispo de Málaga, coaligado con
el conde Servando persiguió a Sansón, abad del monasterio de San Salvador que
rechazaba la doctrina errónea del obispo.
En
lo que respecta a los sínodos posteriores, pueden establecerse varias etapas. De
la primera, en época medieval, se presentan tres documentos: una constitución
de un sínodo celebrado en Córdoba en 1350 por el obispo Martín Ruiz de Argote;
unas breves constituciones de 1435 de Juan González, obispo de Cádiz; y una
compilación de constituciones sinodales cordobesas publicadas por Íñigo
Manrique en 1496. En las tres se aprecia el espíritu de reforma de la Iglesia,
iniciado en las iglesias locales con el apoyo de los reyes y de la iglesia
nacional, que concierne, sobre todo, a la vida del clero, de los fieles y a la
liturgia.
La
segunda época enlaza con los sínodos celebrados en los años previos al Concilio
de Trento (1545-1563) o años posteriores
con el fin de aplicar los decretos de este concilio ecuménico. tal es el caso
de siete sínodos de esta época. El primero, en 1520, del obispo cordobés Alonso
Manrique, que se anticipa en gran medida, a la doctrina de renovación eclesial.
En torno a Trento, se presentan cinco sínodos: en Cádiz, el obispo Antonio
Zapata lo celebra en 1591; en Córdoba destaca el obispo Cristóbal de Rojas y
Sandoval que, animado por las instrucciones de Trento, convoca sínodos anuales,
de los que transcribimos tres, los celebrados en 1566, 1567 y 1569. Un siglo
después de Trento, aunque con el mismo objetivo de actualizar los preceptos de
dicho concilio, en 1662, el obispo Francisco de Alarcón convocó en Córdoba
sínodo. La finalidad de todos estos es la misma: la adaptación de la doctrina
emanada de Trento a las distintas diócesis andaluzas. El mismo objetivo tiene
el sínodo ceutí del obispo Jaime de Lancastro, celebra en 1553, al que se le
dedica un estudio especial.
La
tercera etapa, referida al siglo XIX, recoge un único sínodo, el del obispo gaditano
Jaime Catalá i Albosa en 1882. Este obispo, siguiendo las pautas del Concilio
Vaticano I (1869-1870, trata de hacer frente a las transformaciones y nuevas
ideologías que experimenta Europa en el siglo XIX.
Finalmente,
se examina el sínodo que el obispo Antonio Ceballos Atienza celebra el año 2000
en Cádiz con el objetivo de aplicar y, adaptar la doctrina de la Iglesia a los los retos del
siglo XXI.
Como
en los volúmenes anteriores, se edita en en un doble formato. En sistema
digital, un CD en el que se incluye el texto íntegro de las constituciones de
los concilios y sínodos. En el sistema tradicional, en papel, estudios
introductorios histórico-temáticos que favorece la comprensión de las
celebraciones de los sínodos y las determinaciones que se aprueban. Se concluye
con un índice temático práctico para la investigación de estos documentos
eclesiales.
La
compilación de estas constituciones sinódico-conciliares se ha realizado con el
objetivo de que ayude a un mejor conocimiento no sólo de esta parte de la
historia de la Iglesia sino también de la
historia de las diócesis de Cádiz y Córdoba, debido a la influencia de la Iglesia y su doctrina en
la mentalidad y conducta del pueblo. Se pretende, por ende, que sea una herramienta
útil para investigadores de la
Iglesia local, de la historia e, incluso, para estudiosos de
las leyes, pues los concilios y sínodos muestran también un marco jurídico en
el que se sitúa un amplio sector de la sociedad.
Félix Herrero
Salgado
Doctor en
Filología Hispánica. Universidad Complutense de Madrid
Profesor Emérito
de la Universidad de Salamanca
sábado, 1 de abril de 2017
“Pido la paz y la palabra”
“Pido
la paz y la palabra”
“Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.”
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.”
Blas de Otero
Blas
de Otero publicó en 1955 el poema “Pido la Paz y la palabra” dentro de un
poemario homónimo. Poemas como este recuerdan, tras la Guerra Civil española,
la implantación de la dictadura del general Franco. El poeta reacciona ante el
panorama político-social, que supone la aniquilación de la democracia; frente a
la falta de libertades, la censura, la clandestinidad y la muerte, reafirma su
fe en el hombre, en la paz y la palabra; frente a la convulsión de la dictadura
confirma su compromiso por la solidaridad y la libertad.
Han
pasado muchos años desde la publicación de este poema. Sin embargo, este tipo
de poesía social continúa teniendo vigencia. Es obvio que ha cambiado la
realidad socio-política española. Tras la dictadura, se ha implantado un
régimen democrático, de libertades. No obstante, el sistema actual de partidos,
la corrupción, la falta de una auténtica participación ciudadana en la
política, la alarmante desigualdad, las injusticias, etc., a lo que se añade el
problema de las guerras, las migraciones a nivel internacional, el hambre y la
miseria, reclama tomar opciones claras, actuar. Por eso, hoy también “pido la
paz y la palabra”, como exigencia crítica de lucha por un mundo más justo,
libre y solidario.
Desde
este blog se intentará la reflexión, aunque se antoje un análisis simplista, de
algunos acontecimientos de la actualidad desde una perspectiva histórica.
lunes, 20 de marzo de 2017
martes, 14 de marzo de 2017
El jueves 9 de marzo, Leoncio López "Tito" y yo presentamos en Huelva nuestras novelas ( La tabla de Prim y Aventura y desventura de una conspiración) invitados por la Editorial Onuba, en su salón de actos. Fue una tarde con libros, poetas, rodeados de amigos, concluyendo con unas tapas ofrecidas por la editorial.
De nuevo, mi agradecimiento a Manolo Ortega (gerente de la editorial Onuba) y Ramón Llanes, que nos presentaron, así como al público que asistió. Espero que disfruten con la lectura de los libros.
miércoles, 1 de marzo de 2017
Presentación. Aventura y desventura de una conspiración
Siempre agradable presentación un libro. Aventura y desventura de una conspiración lo hemos presentado en mi pueblo, Tórtoles de Esgueva (Burgos), Sevilla, Sanlúcar de Barrameda (Cádiz y ahora en Huelva.
Mi agradecimiento a la editorial Onuba por su publicación e interés.
Esperamos contar con la presencia de quienes puedan acudir.
lunes, 30 de enero de 2017
Reseña. HERRERO SALGADO, Félix: La Oratoria sagrada en los siglos XIX y XX. Madrid, Fundación Universitaria Española, 2016.
HERRERO SALGADO, Félix: La Oratoria sagrada en los siglos XIX y XX. Madrid, Fundación Universitaria Española, 2016. Volumen I, 400 pp., Volumen II, 470 pp.
HERRERO SALGADO, Félix: La Oratoria sagrada en los siglos XIX y XX. Madrid, Fundación Universitaria Española, 2016. Volumen I, 400 pp., Volumen II, 470 pp.
“Considerando -escribe
el autor en la Nota previa- que este tomo octavo pone fin a la publicación de
cuanto he investigado, escrito y publicado sobre la Oratoria sagrada española,
he considerado oportuno volver la vista atrás sobre mis comienzos en el tema y
sobre la valoración, a mi entender, de la predicación al correr de los tiempos
en temas no solo religiosos sino también retóricos, ideológicos, sociales y
políticos”. Félix Herrero entró en el tema de la predicación en 1963, siendo becario del
C. S. I. C. de Madrid, catalogando el fondo de sermones de D. Miguel Herrero
García, biblioteca de unos cinco mil sermones sueltos por la que se interesaban
el mismo Consejo y la Universidad Pontificia de Salamanca. La lectura de
algunos de esos sermones le llevaron a la determinación de dedicarse al estudio
de la Oratoria sagrada. Fruto de esa vocación fueron la tesis doctoral (CSIC,
1971) y los ocho tomos, -cinco de los siglos XVI y XVII, dos del siglo XVIII y
el presente, de los siglos XIX y XX- que han ido viendo la luz desde 1996, dos
años después de su jubilación en la Universidad de Salamanca (Madrid, Fundación
Universitaria Española, 1996-2016). A estos ocho tomos cabe añadir el tomo que
publicó con el profesor Miguel Ángel Núñez Beltrán: Predicadores y
sermones en España (Siglos XVI-XX) (Madrid
Fundación Universitaria Española, 2014), que en un CD recoge la ficha de 8.688 sermones y en libro un estudio
sobre la oratoria y los sermones, con unas pinceladas sobre formas de utilizar
el sermonario como fuente de investigación.
Este último tomo de la Oratoria
sagrada se presenta en dos volúmenes.
El autor estructura el primer volumen en la Nota previa y nueve capítulos,
cuyo contenido aborda el panorama de la predicación en los siglos XIX y XX,
conforme a los siguientes apartados:
- Introducción: como tal podrían considerarse los tres primeros capítulos: Visión de la sociedad y de la predicación de
los siglos XIX y XX a través de los testimonios de los predicadores
y de los preceptistas. Fuentes
que facilitan el estudio de la predicación: los retóricos clásicos, los
preceptistas de los siglos XIX y XX. El sermón como hecho retórico:
estudio de cada uno de sus componentes (el orador o productor, el destinatario
o receptor y el contexto en que tiene lugar).
- Retórica del sermón: el sermón como texto retórico: materia del
sermón, género o tema, modos y estructura del discurso y de la pieza oratoria.
- Se añade un análisis de las clases de sermones, estableciendo una amplia
tipología: sermones de Tiempo ordinario, de Jesucristo, de la Virgen María y de
los Santos. Y sermones predicados en circunstancias especiales, en que se pone
el acento en asuntos como la familia real, temas sociales y político-militares
El segundo volumen se compone de cuatro
capítulos. Lo inicia con un interesante y amplio estudio sobre las misiones
populares dadas por los PP. de la Congregación de las Misión, Padres Paúles, en los
siglos XIX y XX. Herrero dedica al tema 135 pp. de su obra a esta finalidad.
Se profundiza, a continuación sobre la lengua, estilo, retórica y
representación del sermón.
Finalmente, aborda la clasificación temática
de los sermones. Cada tema o aspecto de un tema lleva uno o varios
números que se corresponden con los números de los 1565 sermones de 950
predicadores del Catálogo, que recoge 1.565 sermones de 950 predicadores, 503
pertenecientes a 25 Órdenes religiosas y 1062 al Clero secular. Tras la ficha
del sermón se indica la biblioteca o bibliotecas donde puede consultarse.
Con este tomo octavo termina Herrero Salgado su obra de la Oratoria
sagrada, cuya trayectoria ha seguido desde los profetas hasta finales del siglo
XX: unas páginas dedicadas a la predicación de los profetas, de los Apóstoles,
de los Santos Padres y de los predicadores de la Edad Media, como introducción
que juzgaba necesaria antes de centrarse en el estudio de la predicación del
Renacimiento y del Barroco, del siglo XVIII y de los siglos XIX y XX. Es de
notar que Herrero fundamenta sus libros en los aspectos retóricos y
temáticos en gran abundancia de textos –a veces páginas completas- de sermones
de los predicadores de estos dos siglos. Además, en su insistencia en el valor
de los sermones, no solo para los estudiosos de los temas religiosos y
retóricos sino también, sobre todo de los sermones del siglo XIX y primer
tercio del XX, para los investigadores de temas sociales, culturales, políticos
y militares. Podría decirse que ha seguido la vida e historia de la España
contemporánea a través del estudio de los sermones.
Miguel Ángel Núñez
Beltrán
lunes, 9 de enero de 2017
Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.
Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.
NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.
NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: En busca de un sinsentido. Sevilla, Ende, 2016.
La reflexión sobre aspectos de la vida aún no asimilados en
algunos sectores de la sociedad actual.
Una llamada de teléfono rompe la
pacífica recuperación de Esther. A partir de este momento ella se introduce en
un enredo de recuerdos con el deseo de encontrar respuestas, de adentrarse en
la memoria de vivencias con una persona que ha marcado acontecimientos
importantes de su vida.
En su ánimo está descubrir la razón apenada de lo que para ella será un amargo sinsentido.
En su ánimo está descubrir la razón apenada de lo que para ella será un amargo sinsentido.
Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.
Reseña. NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.
NÚÑEZ BELTRÁN, Miguel Ángel: Aventura y desventura de una conspiración. Huelva, Editorial Onuba, 2014.
Esta novela, la segunda del autor editada por la Editorial Onuba, supone la narración novelada de los importantes hechos acaecidos en la Andalucía de 1640, ligado a la historia general de la Península Ibérica. La monarquía hispánica se desmorona. Portugal consigue la independencia; Cataluña está inmersa en una sublevación independentista; también hay levantamientos en Andalucía, Aragón y Navarra en 1641.
El duque de Medina Sidonia, don Gaspar Pérez de Guzmán y Sandoval, espoleado por su primo el marqués de Ayamonte y alentado Juan IV, su cuñado, proclamado rey de Portugal, urde un plan para hacer de Andalucía un reino soberano. Sin embargo, todo se desvanece en el más estrepitoso fracaso.
Junto al duque de Medina Sidonia una serie de personajes apoyan la conjura. La alarma del fracaso fuerza a cada uno a renegar de su participación en la conjura y buscar su salvación, aun a costa de traiciones.
Ocho años después, dos de los involucrados, Alonso y Diego, que aún sufrían el acoso por parte del duque y otros sublevados, deciden hacer frente a los cabecillas de la conspiración. Con ello pretenden restañar su honor y alcanzar la paz que les fue arrebatada. A través de estos personajes se realiza el relato de la conjura: su trama desde los años anteriores, los conjurados, los pormenores de la rebelión y su descubrimiento, la traición de algunos y la suerte diversa de todos ellos.
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